Aprovecho para saludarles en nombre propio y en el de todos los animadores que voluntariamente dedican su tiempo y cariño en atender a sus hijos. (Este año unos 440 niños de hasta 25 colegios distintos).
Su hijo/a ha participado en un Oratorio salesiano, que más que un lugar-sitio, es sobre todo una experiencia que intenta ayudar en la educación integral de los niños. EDUCAR, no sólo es un verbo, es una tarea apasionante y difícil al mismo tiempo. Hemos trabajado los valores del trabajo en equipo, la autoestima personal, el respeto a los demás y lo mucho que queda por sembrar…
No son tiempos fáciles en nuestra sociedad para nuestros niños, que pronto asimilan comportamientos y actitudes frágiles y de inmadurez. Le agradecemos su confianza en nosotros, por permitirnos colaborar con ustedes en la educación de su hijo/a. Una cosa es CRECER (los niños aumentarán de estatura, de peso, les crecerá el pelo…, todo es externo) y otra cosa es MADURAR (la asimilación y puesta en práctica de valores que permiten a la persona situarse de modo solidario en el mundo). Hay chicos que tienen casa ( cama, mesa, tele, habitación…), pero no tienen HOGAR (esto es, un ambiente de sano crecimiento y relaciones sanas). Este ha querido ser nuestro objetivo en el Oratorio salesiano:
¡Crear entre todos un hogar rico en valores donde los chicos crezcan…y maduren!
Diego Montilla Muro (SDB)
Director Oratorio de Verano
Galería de fotos